Flash FG Abril 2023
Dra. Soyla H, León Tovar
La planeación patrimonial es un proceso ordenado para la organización, cuidado, generación, incremento, control, blindaje y disposición de los bienes que conforman el patrimonio personal, con el objeto de garantizar la subsistencia de bienes suficientes para gozar dignamente de la tercera edad, para mantener el mismo rol de vida que la persona tiene durante su vida productiva, o cuando menos la satisfacción de sus necesidades mínimas vitales, así como afrontar sus necesidades extraordinarias, inevitables e irresistibles, incluyendo accidentes, enfermedades, pérdida de empleo, falta de liquidez, insolvencia, y la distribución pacífica de sus bienes a sus herederos.
La planeación patrimonial incluye el análisis de la situación patrimonial del titular, la clasificación de sus bienes, un plan de acción y la realización de actos (testamento) y contratos (fideicomisos, usufructos, sociedades, inversiones, seguros) sobre el conjunto de bienes y derechos que tiene la persona, así como sus deudas.
El patrimonio incluye todos los bienes, muebles, inmuebles, acciones, bonos, créditos, derechos y recursos obtenidos por herencia, por donación, por inversión, por el trabajo de mucho tiempo, de toda la vida productiva, como la materialización del esfuerzo físico y mental del titular y cualquier otro bien adquirido por cualquier medio, que le permiten satisfacer sus necesidades, lujos y comodidades, proveer de recursos a su familia, ayudar a la sociedad y por supuesto afrontar todas sus deudas y obligaciones.
La ley previene que las personas responden de sus obligaciones con todos sus bienes, salvo los que sean inembargables; de manera que el deudor debe hacer frente a sus deudas y si no lo hace sus acreedores pueden embargarle tales bienes, venderlos y hasta adjudicárselos aunque el titular no los hubiera hipotecado o gravado, y si dichos bienes no alcanzan para pagar las deudas, puede ser declarado en concurso.
Riesgos del patrimonio
Con independencia del deber de afrontar las deudas que, cuando son mal planeadas, pueden traer consecuencias negativas al patrimonio; el titular de este puede ver amenazados sus bienes por diversos eventos que nosotros denominamos Riesgos del patrimonio, que por lo general se agudizan en épocas de crisis, por endeudamientos y garantías excesivos o actos ilícitos de terceros que tienen a la vista todos los bienes del titular, y en general por una falta de planeación y asesoría adecuadas.
Algunos ejemplos de esos riesgos y/o sus consecuencias son los siguientes:
Procedimientos judiciales o arbitrales por incumplimiento de deudas, que pueden significar embargo, secuestro y remate o adjudicación de bienes.
Actos ilícitos de terceros, como robo de bienes o de identidad, fraudes y abuso de confianza.
Garantías hipotecarias, prendarias, fianzas u obligaciones solidarias por deudas propias o de terceros, mal planeadas, sin pleno conocimiento de sus alcances (vgr. standby, garantías independientes, fideicomisos de garantías, etc.).
Obligaciones imprevistas (responsabilidad civil, laboral o penal o fiscal).
Accidentes y enfermedades terminales.
Créditos fiscales no atendidos o contingencias fiscales.
Desastres naturales.
Cesantía o edad avanzada.
Delincuencia cibernética u organizada.
Accidentes y enfermedades.
Inversiones en acciones o derivados sin límites e inversiones en sociedades ajenas al sistema financiero, sin vigilancia estatal.
Sucesión legal, sin testamento, fideicomiso u otros instrumentos que permitan asignar los bienes a los beneficiarios conforme la voluntad del titular
Desprotección a otras personas que no son familiares, cónyuges ni concubinos, a pesar de haber querido dejarle algún legado.
Despilfarros de la herencia por falta de reglas de administración y entrega de recursos al beneficiario.
Incursión en la empresa de personas ajenas a la familia (vgr. yernos, nueras, acreedores, etc.).
Razones para llevar a cabo la planeación
La posibilidad de que se materialice uno de esos riesgos es una buena razón para la planeación.
Una de las principales preocupaciones de toda persona es asegurar el futuro de su familia y de ella misma.
El hecho de que una persona cuente con suficientes recursos económicos e incluso con una empresa productiva, o con vitalidad para trabajar, no puede suponer que tiene asegurado su futuro y el de su familia, pero sí que lo puede garantizar si tiene cuenta ordenada y estructurada de sus bienes y de cumplimiento de sus obligaciones.
A veces la bondad, la buena fe, la confianza, la inexperiencia, el deslumbramiento, la codicia, la ambición, o los malos consejos, pueden influir en la persona para destinar sumas importantes de sus recursos para inversiones improductivas, ruinosas o fraudulentas en acciones de sociedades, depósitos de dinero o inversiones inmobiliarias que se ostentan como muy seguras y con altos rendimientos, pero que esconden sus esquemas ilícitos como el ponzi que financia los rendimientos con otras nuevas inversiones y cuando ya no alcanzan los nuevos inversionistas simplemente desaparece.
En otras ocasiones es el amor que nubla la razón y borra el patrimonio y otras más un accidente o una enfermedad que deja imposibilitada a la persona para trabajar; o una deuda no pagada que se multiplica por los intereses ordinarios y moratorios, etc. Incluso la donación anticipada de bienes a los hijos, el divorcio, la disolución de la sociedad legal o la liquidación de sociedades, la compra de bienes por interpósita persona (a nombre de amigos o de familiares), la distribución informal de herencias en vida, etc., y otros actos que suelen realizarse sin planeación adecuada, pueden provocar la ruina, la quiebra, distribuciones de herencias inequitativas o no deseadas, la desprotección de personas incapacitadas o menores de edad y la propia supervivencia.
A través de la planeación patrimonial se busca, entre otros objetivos: ordenar, conservar, incrementar y controlar el patrimonio; estructurar la distribución de bienes a futuro; dar seguridad en la conservación y destino de los mismos; evitar desajustes y conflictos familiares por cuestiones económicas y sobre todo asegurar una vida digna en la tercera edad del titular, la efectiva distribución de sus bienes sus herederos como lo desea, así como identificar y clasificar y mitigar los riesgos a los que están expuestos sus bienes.
La planeación patrimonial busca que la persona logre los objetivos propuestos sin perder el control de sus bienes, a través de diversos mecanismos.
Por la importancia que tienen los bienes durante la tercera edad, para satisfacer las necesidades de toda persona, es necesario que se lleve a cabo la planeación patrimonial que le permitirá medir sus ingresos, su productividad, sus resultados y la necesidad o posibilidad de llevar a cabo otras acciones adicionales como las de invertir parte de ellos en ciertas actividades sin arriesgar la totalidad del patrimonio.
En Flores Garibay Consultores, S.C. proporcionamos servicios de planeación patrimonial a la medida.
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